jueves, 24 de septiembre de 2009

LOS GUERREROS DE SHIVA

Red eye por zedzap.


CENIZAS ILUMINADAS


La personalidad de los sadhus es muy carismática y encanta a quien tenga la oportunidad de conocerlos y compartir alguna enseñanza espiritual que su cultura religiosa pueda ofrecer. Existen algunos que aman ser fotografiados, demuestran sus habilidades en yoga, y caminan orgullosos y felices bendiciendo a quien se les cruce por delante.
Como tales, son considerados seres iluminados, capaces de dar luz donde exista oscuridad espiritual, los fieles se les acercan para recibir sus bendiciones, muchas veces la emoción llega a las lágrimas, son especialmente respetados y amados por esta cultura. Caminan como dioses entre multitudes de coloridos vestidos en las congestionadas calles de La India.
Cuando miran a los ojos, profundizan el alma y leen los que otros no pueden, sonríen o enfrentan con simples preguntas que sacuden el espíritu y nos hacen limitarnos a nuestra realidad humana, tan llena de expectativas materiales que sólo cuando miramos a ellos, cubiertos tan sólo por cenizas sagradas y con una amplia sonrisa, nos enseñan que la felicidad está en el corazón, que sobre pasa vestimentas o el mundo material. Nos recuerdan que la Iluminación es una meta universal del ser humano, no sólo de La India, que caminos hay muchos y el de los sadhus, sólo es uno más...

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Para comprender un poco más sobre La India, es necesario imaginar el contexto animista en el que se inserta su sociedad, es decir, nos adentramos en un mundo donde no es extraño observar que los árboles, animales o montañas se transformen en entidades divinas. Existe la creencia que todos los elementos que rodean el espacio del hombre poseen un carácter sagrado.
Esta condición es extendida también sobre los mismos hombres que, como entes también espirituales, buscan la Iluminación.
La sociedad entera tiene un ideal sagrado de espiritualidad, aunque pocos la entienden, y si lo hacen, pocos la logran alcanzar.
La Iluminación, sería un estado entendido como un conocimiento absoluto de la vida sin ninguna modificación mental, entre otros muchos aspectos que se refieren a ella.
Aunque corresponde a un ideal de toda la cultura de India, desde el punto de vista hindú, sólo es alcanzada por aquellos que después de muchas reencarnaciones han logrado desprenderse de todo apego a este mundo concreto o maya. Un concepto que se entiende a algo así como un Matrix occidental.
El sendero espiritual, tiene varias alternativas, entre ellas, está el camino del Sadhu o el hombre sagrado hindú. Dicen, que es un camino rápido, puesto que implica tanto desprendimiento a las cosas de “este mundo”, que muchos de ellos pasan hambre o se someten a impensables sacrificios físicos para lograr el estado de iluminación..
Es un camino lleno de restricciones y de duro aprendizaje, que inspira y que ha creado durante siglos a los santos de La India.

RENACIMIENTO
Los sadhus son considerados sagrados, incluso a veces, como reencarnaciones de las mismas divinidades. Han cortado con todo vínculo que los unía a su pasado o a los hombres ordinarios, como el de la familia y a toda pertenencia material.
Su existencia nace casi paralela a la historia de la India hace más de 4 mil años. Existen sedentarios e itinerantes, todos ellos igualmente reconocidos con diferentes objetivos. Los sedentarios tienen un contacto menor con la sociedad y generalmente se retiran a las soledades de desiertos o montañas para meditar. Los itinerantes o nómades practican el desapego a las personas y a los lugares, quedándose sólo un tiempo determinado por ellos mismos. Hacen de consejeros en los pueblos que visitan y bendicen las casas donde reciben los alimentos que mendigan.
Todos ellos, se basan en las mismas reglas como es, la pureza de pensamiento, ayudada por la meditación diaria, sentido de contentamiento o resignación, austeridad, el estudio de las escrituras, la alabanza a sus dioses y la vida pacífica.
Ellos deben nutrirse con una dieta sencilla, en el pasado esto sólo se reducía al paroti, o pan tradicional de esta cultura, con esto era suficiente para sobrevivir. Jamás debían llegar a mendigar en medio de una cena, sólo cuando las familias hubieran terminado, así estos recolectarían sólo las sobras y no se acostumbrarían a las comodidades de los hombres ordinarios.

Sus vestimentas varían desde el blanco para los renunciantes, el azafrán que representa la castidad, amarillo o el rojo que generalmente se deduce de las prácticas tántricas.
El color depende de la secta, y a veces incluso, andan desnudos como los sadhus nagas quienes sólo se cubren el cuerpo con cenizas del fuego sagrado que siempre les acompaña, además les sirve de desinfectante natural y los protege del frío y del calor.

Todo sadhu debe realizar un rito de iniciación, en esta oportunidad los neófitos o principiantes, sufren una especie de muerte simbólica, la única forma de decir adiós al mundo del pasado lleno de placeres y ataduras de todo tipo que dificulta el renacimiento a una vida divina.
Como un recién nacido, los practicantes se rasuran la cabeza y en solemne caravana junto a otros iniciados, caminan hacia el río Ganges, aquel que nace en los cielos que colindan con las alturas del Himalayas, venerado por toda la cultura del hindustán. Aquí se sumergen en un baño sagrado que los purificará de todo pecado.
Al rito de iniciación, sigue lo más importante, la enseñanza bajo la guía de un Maestro, otro sadhu de mayor edad y sabiduría quien pasará a convertirse en padre y madre para el neófito y quien traspasará todo el conocimiento a su discípulo.
En muchas ocasiones, el encuentro con un Maestro puede llegar a ser tan emotivo que las lágrimas estallan de alegría y emoción. Se cree que el nuevo vínculo los unirá eternamente, así, para muchos de ellos es sólo un reencuentro más de muchas otras vidas. Tanto discípulos como gente común y corriente demuestran gran respeto y devoción por estos gurús, considerados santos y muy unidos con la divinidad.

CAMINO DEL YOGA
Los sadhus son grandes yoguis. Sus prácticas diarias de Yoga se convierten en un verdadero ritual, donde en cada asana o postura física se conectan con el Espíritu Divino. Además del yoga, también realizan votos de castidad, y ayunos. Algunos no hablan durante largos meses o sólo beben agua como alimento.
Otro modo de limpiar sus karmas es el sometimiento a torturas físicas inimaginables. Es posible observar a alguno de ellos estar de pie durante años y a veces tan sólo afirmados en un pie. Existe un grupo que se mutila el pene y realiza demostraciones de fuerza cargando pesados objetos.
En 1989, en el sagrado festival de Kumba Mela, un sadhu comenzó un doloroso sacrificio que duraría 14 años, mantiene su mano derecha en alto, provocándose una malformación de los huesos del brazo y las uñas de los dedos han crecido desde entonces dando un aspecto desgarrador. Todo ellos, justifican sus torturas por amor a los dioses y en nombre de la espiritualidad.

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Junto a tales sacrificios, existe uno considerado como sagrado y representa una forma de emular a Shiva, deidad principal que es venerada por estos ascetas. Este dios es tanto señor del yoga, como señor del hashis. Siempre representado con sus ojos a medio cerrar, símbolo de estar en un constante estado alterado de conciencia. De este modo, no es extraño observar a muchos sadhus ingerir el sagrado hashis que mezclan con tabaco en las puertas de baño en la ciudad sagrada de Benares o la actual Varanassi.
Es un dios dual, ya que en su misma naturaleza ha encontrado el equilibrio perfecto entre masculino y femenino. Así, en muchas regiones del país, se honra como una diosa y en otras, como a un dios. Es el creador y destructor al mismo tiempo, representa al eterno ciclo de muerte y resurrección.
Otro aspecto imitado por los sadhus es el de usar largas rastas en el pelo, a mayor longitud mayor poder radica en el santo. Muchos de ellos llegan a tener rastas de más de 5 metros de largo. Se cubren los cuerpos desnudos con cenizas del fuego sagrado que siempre les acompaña, signo del Espíritu eterno que siempre está activo e interactuando con la realidad terrena.
Al igual que Shiva, los sadhus, especialmente los nagas, andan completamente desnudos como muestra de un desapego absoluto con el mundo material del maya o el mundo de la Ilusión, donde viven la mayoría de los hombres ordinarios.
A esta divinidad se la representa casi siempre sentado sobre una piel de tigre, simbolizando el control sobre el mundo animal. En su frente se dibuja una luna nueva y de fondo una luna llena, indicando la relación de esta deidad con la fertilidad de la tierra, convirtiéndose entonces, en un dios luna

DE GUERREROS HASTA MUJERES
Se calcula que existen alrededor de 4 millones de sadhus en la India, aunque en otros tiempos se cree que este número habría sido considerablemente mayor. Hoy, se encuentran repartidos en un gran número de sectas, sin embargo, siempre con un mismo objetivo, que es lograr el estado de iluminación.
Los sadhus Nagas o guerreros, en otra época se convirtieron en temidos luchadores contra otras sectas y otras religiones como la de los musulmanes. Se hicieron famosos por luchar contra la represión británica en tiempos de la Colonia Inglesa. A veces, se les puede observar portando armas como palos o cuchillos, sien embargo, corresponde a un uso más bien ornamental.
Otra secta famosa es la de los yoguis, quienes adquirieron con el tiempo un camino tántrico y veneran además a Vishnu y al Dios Hanuman.
La religión sikk, tuvo en sus comienzos a sus propios sadhus, hoy en día se rigen más por las costumbres hinduistas, y dentro de su panteón agregaron a Nanak, el famoso gurú que dio inicios a la religión de los sikk.
Los ramandis, son sadus que han seguido la filosofía de Ramajuna en los siglos de la era medieval.
Existe además, una secta que emula todas las características mortuorias de Shiva. Habitan en las puertas de las cremaciones, sus cuerpos los llenas de cenizas de los muertos que aquí se queman. Utilizan huesos humanos y mantienen un contacto con los espíritus del inframundo. Generalmente beben alcohol y no respetan las dietas vegetarianas, e incluso en un tiempo se les acusó de canibalismo. Muchas veces, fueron encontrados meditando sobre cadáveres.
Otra secta interesante es las que forman las mujeres. No es una secta propiamente tal, pero difícilmente entran en las de los hombres, por considerarlas peligrosas en cuanto a tentar los votos de castidad. En todo caso, desde el punto de vista jerárquico de sadus se hallan por debajo de la de los hombres.
Se les denomina Sadhvis, en su mayoría son ancianas, ya que después de enviudar y haber criado a los hijos, deciden dedicarse a la vida espiritual. Sin embargo, hay muchas jóvenes que se sienten llamadas a esta vocación, aunque deban luchar contra el sistema social.
La condición femenina en la India está muy menospreciada y se cree que las mujeres debieran reencarnar nuevamente en un alma masculina para sólo entonces poder llegar a iluminarse. Sin embargo, han existido grandes santas a lo largo de la historia religiosa hindú, que demuestran lo contrario, se las conoce como Matajis o reverendas Madres, generalmente muy amadas por todos debido a su inmensa compasión hacia todos lo seres del mundo.
Sadhus Sadhu por Alex Linghorn.

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